Escuchar y compartir son los aspectos más destacados del evento V Encuentro
El padre franciscano Larry Janezik (izquierda), los diáconos Jeffrey Dufresne y Emilio Ferrer-Soto, el arzobispo Charles C. Thompson y el padre Thomas Schliessmann rezan el Padre Nuestro junto con la congregación durante la misa en la Iglesia de San Andrés Apóstol, el 30 de septiembre, como parte del evento arquidiocesano V Encuentro. (Foto por Natalie Hoefer)
Por Natalie Hoefer
Fue una reunión conformada por más de 180 católicos de origen latino, africano y anglosajón, de diversas edades y diversas lenguas maternas, procedentes de todo el centro y el sur de Indiana. En algunos momentos, la variedad de lenguas habladas recordaba el relato bíblico de la Torre de Babel.
Pero el efecto general se asemejó más a Pentecostés, en el que cada quien, independientemente del idioma que hablara, escuchó el mismo mensaje: de necesidad, de esperanza y de evangelización.
Esa fue la escena que se vivió en la Parroquia de San Andrés Apóstol de Indianápolis el 30 de septiembre, cuando católicos provenientes de toda la arquidiócesis se reunieron para celebrar el proceso denominado V Encuentro.
El evento arquidiocesano de un día de duración fue el sillar de coronamiento de un esfuerzo de más de un año, en respuesta al llamado de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) a definir las prácticas ministeriales más adecuadas con respecto a la población católica hispana en los Estados Unidos.
“¡El día se pasó muy rápido!” dijo Leticia Pasillas de la Parroquia San Ambrosio en Seymour. “Al principio pensé que iba a ser una larga jornada de trabajo, pero se pasó muy rápido, tan solo escuchando las experiencias de mi grupo y de los demás participantes. ¡Fue fantástico!”
La hoja informativa de la USCCB describe la labor del Encuentro—el quinto que se celebra desde 1972—como “un proceso de cuatro años de duración […] que invita a todos los católicos de los Estados Unidos a una intensa actividad misionera, de consulta, de desarrollo de liderazgo e identificación de las prácticas ministeriales más adecuadas en el espíritu de la nueva evangelización.”
El tema del V Encuentro es “Discípulos misioneros, testigos del amor de Dios.”
El proceso se inició en el ámbito parroquial. Doce parroquias de la arquidiócesis formaron grupos que se reunieron durante cinco sesiones en el transcurso del año pasado, para hablar sobre temas predeterminados en los materiales del V Encuentro.
El proceso parroquial culminó en el evento bilingüe celebrado el 30 de septiembre, en el cual los participantes debatieron en grupos pequeños un documento de comentarios compilados en las parroquias participantes, después del proceso de cinco sesiones que se llevó a cabo previamente.
Durante el evento se realizaron dos “sesiones plenarias” en las que un representante de cada mesa compartía una idea, comentario o sugerencia de su grupo.
“Hablaron acerca de la necesidad de formación, las carencias y los deseos, y ser más bien discípulos, no solamente en el ámbito familiar, sino más allá,” comentó Juan Pablo Romero de la Parroquia San Patricio en Indianápolis.
Otra de las sugerencias que se recibieron ese día fue incluir a los padres en las sesiones de preparación sacramental de los niños latinos para contribuir a evangelizar e instruir a los adultos.
“Como parte del V Encuentro […] me di cuenta de la importancia de evangelizar a otros católicos, a quienes se sientan en nuestro mismo banco cada domingo,” expresó Francisco Ruiz de la Parroquia Santa María en Indianápolis, durante una reflexión que ofreció ese día.
“De acuerdo con la organización Dynamic Catholic […] en los Estados Unidos hay 32 millones de católicos hispanos. De ellos, 10 millones tienen sus raíces en la fe, pero más de 20 millones no. Debemos seguir buscando formas para iniciarlos en el catolicismo y luego buscar otras maneras para alimentar su fe.”
El padre franciscano Larry Janezic, pastor de la Parroquia Sagrado Corazón en Indianápolis, también habló acerca de la evangelización.
“La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa, la ha primereado en el amor; y, por eso, ella sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos,” dijo, citando el párrafo 24 de la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” (“La alegría del Evangelio”) del papa Francisco.
El arzobispo Thompson actuó como el celebrante principal de la misa para los participantes.
“Juntos, como una iglesia santa, Católica y apostólica, somos el Cuerpo de Cristo,” expresó en su homilía en español. “Al igual que acogemos su sufrimiento, también acogemos su gloria … el Encuentro eterno.”
El director de la Oficina para el ministerio intercultural, Óscar Castellanos, quien encabezó el proceso del Encuentro en el centro y el sur de Indiana, se sintió muy complacido con esta jornada.
“Encontramos al Señor a través de cada uno de nosotros, especialmente al compartir en los pequeños grupos,” comentó. “Escuchamos los desafíos y los desencantos que ha sufrido cada uno, especialmente en las sesiones plenarias. [...] Al final, regresamos a nuestros hogares con un verdadero deseo de compartir ese mismo mensaje de esperanza con los demás.”
El siguiente paso del proceso del V Encuentro es resumir los comentarios de la jornada de trabajo y redactar un documento arquidiocesano con ellos.
En 2018, 25 representantes de la arquidiócesis se reunirán con representantes de 14 diócesis de Illinois, Indiana y Wisconsin para celebrar un evento similar al que se llevó a cabo en Indianápolis.
Cada una de las catorce reuniones regionales de la USCCB presentará un documento de resumen que se compilará y se debatirá en una reunión nacional en 2018. El documento final que se derive de esta reunión se presentará a la USCCB.
“El proceso refina la información hacia las instancias superiores, de modo que la información reunida en el ámbito parroquial se presenta a los obispos,” explica Castellanos.
“El objetivo principal es que para finales de 2020 haya un plan nacional procedente del ámbito nacional que nosotros recibiremos y distribuiremos a las parroquias.”
Pasillas espera con ansias leer el documento final.
“A medida que la comunidad hispana sigue creciendo, es importante contar con una guía que nos ayude a comprender las necesidades y cómo podemos responder mejor para servir y fortalecer a nuestra comunidad eclesiástica,” declaró.
El documento que redacten los obispos podría convertirse en un plan pastoral nacional para la evangelización hispana, como ocurrió en el III Encuentro en 1985, recordó Castellanos. O quizás podría ser un documento en el que se indiquen las prácticas más adecuadas.
A Romero le gustaría que el proceso del Encuentro se llevara a cabo más a menudo.
“En mi opinión, no deberíamos esperar tanto,” expresó. “Me doy cuenta de que a la gente le gusta que la escuchen. Hablamos, enseñamos, pero no pasamos suficiente tiempo escuchando las necesidades.”
Otro objetivo del proceso fue identificar a líderes dentro de la comunidad católica hispana.
“Esto de por sí ya ha hecho una diferencia en nuestra parroquia,” dijo Bárbara Pierse de la Parroquia Santísima Trinidad en Edinburgh. “Hemos tenido gente de México que habla español y que ha vivido en nuestra comunidad desde hace 17 años. Y apenas en el transcurso del año pasado están empezando a decir: ‘Sí podemos lograrlo. Sí tenemos voz.’ ”
La expectativa de Romero con respecto al desenlace final del V Encuentro es más ambiciosa.
“Espero que la gente en verdad participe activamente en la Iglesia,” expresó. “Si en verdad somos el cuerpo de Cristo, tenemos que usar las extremidades: si yo soy el pie, tengo que caminar. Si soy el brazo, tengo que alcanzar a los pobres. No podemos darnos el lujo de no hacer nada.” †